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viernes, 12 de abril de 2013

Capítulo III. Reescritura con el aporte de dos compañeras.



El hombre postorgánico. Cuerpo, subjetividad y tecnologías digitales

Paula Sibilia


El siglo XV se hallaba regido por la forma dios, quien  era creador de todo el universo  y el hombre dependía de él. En el siglo XVII se origina un quiebre epistemológico, donde predomina el uso de la razón   y da muerte a la forma dios. Provocando el surgimiento de una nueva forma, la forma hombre (Quezada, 2013).


El filosofo René Descartes  diferencio al hombre  en dos partes. Por un lado como objeto de estudio, es decir el cuerpo humano seria   una maquina  que  puede ser  examinada  por el  método científico  y reparada a través de la medicina. Por otra parte se encuentra la mente humana,  un alma pensante y con orígenes divinos (Quezada, 2013). A partir de allí los fenómenos comienzan a ser explicables, pero no todos los pensamientos aceptaban los nuevos conocimientos. Muchas personas se  encontraban fuertemente arraigadas a la teoría de la generación espontanea, ya que la visión divina se encontraba latente (Correa, 2013).

Actualmente la relación cuerpo- maquina quedo en el pasado. Las nuevas fuerzas que rigen son las que conforman la relación  maquina- maquina, y el hombre es considerado un perfil de información. Cabe destacar que aquí no es correcto hablar de evolución sino de fuerzas que diseñan y producen .Los avances tecnológicos, biotecnológicos   e informáticos  han provocado que  los secretos de la vida pasen  a “manos” de la tecnociencia. La intervención humana afecto el desarrollo de diversos organismos de diferentes especies (vegetales y animales), del mismo modo que  las construcciones de herramientas de la vida cotidiana, como así también los  tratamientos terapéuticos y la producción de medicamentos para sanar o mejorar la calidad de vida de las personas. A su vez  se originaron nuevos  saberes  y técnicas que tuvieron importantes influencias en la producción de cuerpos y subjetividades. Estableciéndose una nueva era, sumergida en el flujo de conocimiento e información, y en constante búsqueda de la inmortalidad. Tratando de superar barreras y de ver mucho más de lo que nuestros ojos nos muestran (Correa, 2013).





Bibliografía



  • Correa,  Romina. 2013. http://rominacorrea.blogspot.com.ar
  • Quezada, Maira. 2013. http://mairaquezada.blogspot.com.ar
  • Sibilia, P. (2009) El hombre postorgánico, Cuerpo, subjetividad y tecnologías digitales. Introducción y I.Capitalismo. Buenos Aires: Fondo de Cultura.                                                       

lunes, 8 de abril de 2013

SER HUMANO (Capitulo Tres)





Durante siglos   la tradición occidental  ha diferenciado lo   natural y lo artificial, actualmente se mezclan de tal manera que no pueden  distinguirse.
El filosofo René Descartes  diferencio al hombre es dos partes (pensamiento dualista) , donde el hombre se encuentra dividido   por un lado  como un  objeto de estudio , Cuerpo-Maquina,  siendo  examinado a través del método científico, y por otra parte se encuentra la mente humana,  un alma pensante y con orígenes divinos.  A partir de ello la medicina realizo grandes avances  con respecto al funcionamiento del cuerpo humano, a través  del estudio  de  cadáveres, originando nuevos conocimientos y saberes.







Actualmente aquello quedo atrás  gracias a los avances tecnológicos, biotecnológicos   e informáticos, donde el  cuerpo humano ya no se lo piensa como maquinas  sino como perfiles de información, y por ende  los secretos de la vida pasaron a “manos” de la tecnociencia. La intervención humana afecto el desarrollo de diversos organismos de diferentes especies (vegetales y animales), del mismo modo que  las construcciones de herramientas de la vida cotidiana, como así también los  tratamientos terapéuticos y la producción de medicamentos para sanar o mejorar la calidad de vida de las personas. A su vez  originaron nuevos  saberes  y técnicas que tuvieron importantes influencias en la producción de cuerpos y subjetividades. Estableciéndose una nueva era, sumergida en el flujo de conocimiento e información, y en constante búsqueda de la inmortalidad.






miércoles, 3 de abril de 2013

Tecnociencia - El hombre postorgáníco: un proyecto fáustico







En la obra de Frankenstein  se puede observar el objetivo de revivir personas a través de la electricidad.


Pero… ¿realmente que se deseaba  conseguir? 


A lo largo del tiempo  y a través  de diversos acontecimientos que surgieron, se puede observar el deseo de los seres humanos por conquistar el poder de la inmortalidad, PODER  que antes solo pertenecía  a los dioses.

Actualmente para conquistar la anhelada inmortalidad, la biotecnología recurre al instrumental informático para una alianza, estos dos grandes pilares  son fundamentales  para la conformación de la Tecnociencia (saber tipo fáustico). Un ejemplo de  dicha alianza fue el Proyecto Genoma Humano, el cual fue financiado por agencias gubernamentales de los Estados Unidos y también por capitales privados, el objetivo de este proyecto fue el de descifrar el mapa genético de la especie humana, con la intención de detectar el origen de las enfermedades genéticas y aplicar terapias preventivas.

Pero este no es  el único ejemplo de la búsqueda de la “inmortalidad”, otro gran ejemplo y mas cotidiano aun, son aquellos servicios de reconstrucción de  lo vivo, es decir la lucha contra el envejecimiento a través de diferentes tratamientos y cirugías, que son posibles gracias a los avances tecnológicos.

La sociedad se ve afectada por la inmortalidad y también por las tecnologías de la virtualidad. Esta ultima  surge a causa de la demanda de superar las barreras espaciales, debido a esto se fabricaron dispositivos y servicios teleinformáticos , por ejemplo : teléfonos celulares, computadoras portátiles, acceso internet, etc, que en conjunto se   potencian y multiplican las posibilidades humanas , logrando anular las distancias geografías  sin la necesidad de desplazar el cuerpo, estableciendo nuevos fenómenos contemporáneos  ,como por ejemplo  “la presencia virtual”,  que experimentamos actualmente.