“Sin internet no se qué haría”,
“necesito si o si mi móvil para comunicarme” “necesito mi portátil para
terminar mi tarea” y así infinitas
expresiones que podemos oír día a día.
Ya en
el año 1486, un joven conde lo anunciaría, Giovanni Pico Della Mirandola, fue
quien predijo que “el hombre se revelaría como una criatura milagrosa, cuya naturaleza
contenía todos los elementos capaces de convertirlo en su propio arquitecto”.
Actualmente “en la sociedad
de la información” ciertas áreas del
saber constituyen piezas claves en la digitalización universal que sugieren que
nos encontramos en una nueva era, comandada por la evolución posthumana o
postevolución que supera los lentos ritmos de la vieja evolución natural.
Pero… ¿Cómo llegamos a esta sociedad de la
información?
Este inicio a
nuestro era actual tuvo lugar en la
etapa capitalista –industrial, una etapa que se encontraba poblada
por cuerpos disciplinados, dóciles y útiles. Donde la revolución industrial tuvo un gran papel en el
impulso del desarrollo de la sociedad, con sus grandes invenciones como la
locomotora, la máquina de vapor, telares, etc.
Pero sin duda la invención más innovadora y
mucho mas cotidiana fue “el reloj”, su origen se remonta a los monasterios de
la Edad Media, recién en el siglo XIII surgió el primer reloj mecánico, y su
uso se fue expandiendo en cuanto las ciudades comenzaron a exigir una rutina metódica,
con la necesidad de sincronizar todas las acciones humanas, de esta manera
surgió la puntualidad y la “pérdida de tiempo”, este tipo de organización
social fue desarrollándose a lo largo del siglo XIX y alcanzo su apogeo en la
primera mitad del siglo xx.
¡Esto no termina aquí!
Debido a la crisis de 1973 ,
cuando el dólar estadounidense ya se había convertido en el principal medio de
comercio internacional y tras el acuerdo posterior a la segunda guerra mundial
, perdió el respaldo de la convertibilidad en oro , como consecuencia se
radicalizo la separación entre la productiva y la financiera , provocando el
comienzo de una transición hacia un sistema global, que se
acentuó en los años siguientes con la diseminación de diversos tecnologías
basadas en medios digitales, tarjetas de crédito y debito, cajeros
electrónicos, etc. Surgiendo de esta manera un proceso vertiginoso que ha
llegado a nuestros días, la transición
de aquel régimen industrial hacia un nuevo tipo de capitalismo,
globalizado y postindustrial. Finalmente el hombre dispone de las herramientas
necesarias para construir vidas, cuerpos y mundos.
En esta nueva era no solo
existen diversos servicios, sino también
el marketing y el consumo, estos son explorados con tecnologías nuevas y
sofisticadas. Dando lugar a una implantación de un nuevo régimen del poder
y del saber, teniendo impacto en diferentes aspectos como por ejemplo: los
nuevos hábitos laborales que abandonan el esquema de los horarios fijos y las jornadas de
trabajo estrictamente delimitada en espacio y tiempo, por el contrario se basan
en el uso de teléfonos móviles, computadoras portátiles, uso de internet, entre
otros.
Cabe destacar que tanto esta nueva era digital, como el antiguo
sistema de encierro, disciplina y vigilancia,
provocan un mecanismo de exclusión, debido al gran consumo desenfrenado y a las
deudas ilimitadas.
A partir de esto podemos apreciar que aquella frase de
Giovanni , donde indicaba que el hombre poseía todos los elementos para
convertirse en su propio arquitecto, toma sentido y forma al recorrer a través
de la historia todos los avances del hombre,
que sirvieron de base para la construcción de nuestra era actual, la
cual se encuentra empapada de información y tecnología.
Fuente:
- Sibilia, P.
(2009) El hombre postorgánico, Cuerpo, subjetividad y tecnologías digitales.
Introducción y I.Capitalismo. Buenos Aires: Fondo de Cultura.